Pasó un tiempo como entrenador de los equipos inferiores de la UDA Gramenet, pero con posterioridad y ya acabada la temporada decide dejar el club. Acto seguido recibe la propuesta de la Fundació Esportiva Grama para hacerse cargo de los equipos en su calidad de coordinador, llega a un acuerdo con Antonio Morales, presidente de la Fundació y decide dar el salto.
De hecho él, David Martín, asume la responsabilidad de organizar los equipos y el cuadro de entrenadores. Lo consigue y con éxito a pesar de las dificultades externas que ello suponía por la casi desaparición de la Gramenet. Poco después un contratiempo con la salud le aparta forzosamente de los terrenos de juego, aunque en ningún momento se rompe su vinculo, ya que desde el mismo hospital continuaba trabajando.
Una dura enfermedad que supera y que lo devuelve otra vez a su lugar natural, la del fútbol en categorías inferiores, ocupándose de varios equipos, hasta la fecha de hoy, en la que tiene la responsabilidad del Cadete «A» del club.
– Vaya serie de episodios en poco tiempo. En el hospital, recibiendo un fuerte tratamiento, pero sin perder la ilusión…
– Pues sí, si algo no he perdido nunca ha sido la ilusión y vivir el fútbol con intensidad. Recuerdo que estando hospitalizado mantenía contactos con Antonio Morales y con otros técnicos que habían decidido venirse a nuestros equipos
– Bueno, pero para llegar aquí, tuviste que abandonar la UDA Gramenet. Un cambio valiente y decidido ¿no?
– Valiente no lo sé, decidido sí que fue.
– ¿Por qué?
– Porque en la Gramenet veía cosas raras, especialmente durante los últimos meses de competición. No me gustaba el ambiente, era verdaderamente muy nocivo y se intuía que aquello no tenia futuro, que era un proyecto que estaba acabado.
– Totalmente lo contrario a la Fundación Esportiva Grama. Un proyecto nuevo, con miras de futuro…
– La verdad es que me convencí rápidamente . Solo en dos reuniones con Antonio Morales nos pusimos de acuerdo. No tuve que meditarlo demasiado. Lo tuve claro desde el momento que hablé con el presidente.
– El fútbol aficionado, de pequeñas categorías, ¿es sacrificado?
– Mucho. Ahora bien, es como todo en la vida, si te gustan las cosas , éstas se convierten en temas positivos. Ya sabes, los sábados y los domingos, tienes que estar pendiente de los chavales, los desplazamientos. Esos temas pueden alterar el funcionamiento de una casa, pero si te atrae le encuentras solución. En mi caso, al margen de tener la responsabilidad del Cadete «A», el fútbol es como una droga.
– Bueno, ahora ya está todo montado, en marcha, viento en popa. Ya es una realidad ¿No?
– Por lo que ha crecido en poco tiempo ha merecido la pena. Organizar una serie de equipos, en diferentes categorías, conlleva un sacrificio, pero al final recibes la recompensa.
– ¿Qué detectas de los padres de los chavales con respecto a la Fundació Esportiva Grama?
– La mayoría observan el trabajo de la organización con ilusión. Hay una satisfacción generalizada, porque los hechos hablan. El nombre, el prestigio que ha cogido la fundación en dos años, es un hecho para estar orgullosos. También, en honor a la verdad, siempre hay alguna queja, pero entra dentro de la normalidad.
– Hemos hablado de muchas cosas, pero poco de tu equipo, el Cadete «A» ¿Qué tal?
– La verdad es que estamos haciendo una buena temporada . Estamos en cuarta posición con opciones a mejorar la plaza.
– ¿Cómo viven los muchachos la convivencia, los partidos, etc?
– La verdad es que con mucha atención. Hay que tener presente que es un equipo completamente nuevo y está dando buenos resultados.
– En términos generales, mejor imposible ¿Estamos de acuerdo?
– Sí, pero no nos equivoquemos. Todo va muy bien, aunque no hay que caer en el error de morir de éxito.
La prudencia siempre es buena compañera.
